La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU exige el fin de la violencia en Myanmar
La única otra resolución del Consejo de Seguridad con respecto a Myanmar fue en 1948. Esta resolución recomendó entonces la adhesión de Birmania al organismo mundial.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó su primera resolución sobre Myanmar en 74 años, pidiendo el fin de la violencia e instando a los líderes militares del país a liberar a todos los presos políticos, también de manera democrática. – Líder electa Aung San Suu Kyi.
El ejército de Myanmar tomó el poder del gobierno electo de Suu Kyi en febrero de 2021. La arrestó a ella y a otros oficiales.
China y Rusia, que han apoyado el liderazgo militar de Myanmar desde el golpe, se abstuvieron junto con India en la votación de la ONU del miércoles. La resolución fue apoyada por los 12 miembros restantes.
Después de la votación, Barbara Woodward (embajadora del Reino Unido ante la ONU) dijo: “Hoy hemos enviado un mensaje claro a los militares de que no deben tener ninguna duda, y esperamos que esta resolución se implemente en su totalidad”.
Woodward afirmó que “también hemos enviado un mensaje claro de apoyo a los pueblos e intereses de Myanmar”.
El Consejo de Seguridad fue el único otro organismo que adoptó una resolución sobre Myanmar en 1948. Este organismo recomendó que la Asamblea General de la ONU admitiera al país, entonces llamado Birmania, como miembro.
Zhang Jun, embajador de China ante la ONU, dijo al consejo, después de abstenerse de votar, que “no hay una solución rápida para el problema”.
“Que sea posible o no resolver adecuadamente en la final, depende fundamentalmente, solo, de Myanmar”, afirmó.
Dijo que China quería que se hiciera una declaración formal del Consejo de Seguridad sobre Myanmar y no una resolución.
Vassily Nebenzia de Rusia, el embajador de la ONU en Rusia, declaró que Moscú no considera que la situación de Myanmar sea una amenaza para la seguridad internacional y cree que no debería presentarse ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Desde entonces, la oposición masiva del público a la toma militar de Myanmar se ha convertido en una lucha armada a la que los expertos de la ONU se refieren como “guerra civil”.
Según la Asociación de Asistencia para Presos Políticos, una organización que supervisa los derechos, más de 16.000 personas en Myanmar fueron detenidas por cargos políticos. Más de 13.000 todavía están detenidos.
Según la asociación, al menos 2.465 civiles han muerto desde que los militares tomaron el poder, pero es probable que la cifra real sea mucho mayor.
China y Rusia son los mayores proveedores de armas de Myanmar.
Burma Campaign UK, un grupo que representa a Burma Campaign UK, dio la bienvenida a la resolución. Sin embargo, afirmó que no tendría un impacto práctico y que imponer un embargo global de armas contra el ejército de Myanmar debería ser un primer paso “obvio”.
Mark Farmaner (director del grupo), afirmó que la resolución no menciona el suministro de armas.
“Rusia, China, India y Pakistán están utilizando el Consejo de Seguridad para asegurar sus lucrativos contratos de armas poco fiables con el ejército birmano”, afirmó.
“Aunque las Naciones Unidas pueden verlo como un golpe diplomático para aprobar esta resolución, no tendrá un impacto en el pueblo de Birmania que vive bajo un golpe militar”, dijo.
La resolución adoptada expresa “profundas preocupaciones” sobre el continuo estado de emergencia que fue impuesto por los militares tras su desalojo y su “grave efecto” en el pueblo de Myanmar.
Insta a la implementación de un plan de paz por parte de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Malasia dijo que acogió con beneplácito la resolución del jueves y expresó su apoyo a la ASEAN para encontrar una solución pacífica a la situación de Myanmar.
“Malasia colaborará estrechamente con la ASEAN y con socios externos para garantizar que estos esfuerzos se realicen en el mejor interés de los pueblos de Myanmar”, dijo el ministerio.
La resolución también enfatiza la necesidad de “un proceso pacífico y genuino para reducir la violencia y alcanzar una solución política duradera”.
Destaca la necesidad de una acción inmediata para abordar la crisis de Rakhine y crear las condiciones para el regreso de los musulmanes étnicos rohingya de Myanmar, un país de mayoría budista. Estados Unidos describió la brutal operación militar como un acto de genocidio.
700.000 rohingyas todavía viven en Bangladesh como refugiados, mientras que otros siguen desplazados internamente en Myanmar.
Kyaw Moe Tun, embajador de Myanmar ante la ONU, representa a Suu Kyi y ocupa la presidencia del Consejo de Seguridad. Sin embargo, afirmó que aunque hay elementos positivos en la resolución, el Gobierno de Unidad Nacional (compuesto por los remanentes de la administración Suu Kyi) preferiría un documento más fuerte.
Él dijo a los periodistas que “tenemos claro que esto fue solo un comienzo”.
“El Gobierno de Unidad Nacional apela a la ONU(construir) sobre esta resolución para tomar medidas más enérgicas y adicionales para garantizar que el golpe militar y todos sus crímenes terminen”.