Economistas y empresarios argentinos ven escasez de dólares en el horizonte
Este nivel de liquidación significa que ni siquiera podemos doblar la esquina. Miguel Kiguel, exsecretario de Hacienda, dijo que es importante que el gobierno esté al tanto de lo que está pasando.
Hasta el 27 de octubre se habían depositado sólo US$18 millones en dólares de exportación. Un escaso impulso, el Banco Central de Argentina solo pudo comprar US$1 millón para reponer sus reservas.
A razón de 200 pesos el dólar, las ventas de soja de septiembre alcanzaron un valor de casi US$8.200 millones. Después de eso, las ventas en el sector se desplomaron vertiginosamente.
El so dólar del gobierno les permitió cerrar septiembre con un superávit fiscal primario de 80.624 millones de pesos y una modesta ganancia en la balanza comercial de US$414 millones, reduciendo tres meses de déficit.
Sergio Massa, ministro de Economía logró cumplir las metas para el tercer trimestre del acuerdo firmado por el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, ahora se enfrenta a una escasez de nuevos ingresos de dólares como lo solicita la industria.
Martín Redrado, exgobernador del Banco Central, afirmó recientemente que hasta marzo el gobierno estará en un desierto significativo [en términos de moneda dura denominada].
Los expertos dijeron que el mercado de diciembre experimentaría una mejora significativa, con la entrada de cultivos de invierno en el mercado. Estarían vendiendo especialmente trigo. Esto daría como resultado un aumento neto de entre US$ 2 mil millones y US$ 2,5 billones.
Adicionalmente, se ha aplicado el sistema SIRA a las compras en el exterior. Se han detenido todas las importaciones: cualquier empresario que utilizó dólares para comprar insumos ya no puede hacerlo. Solo el Banco Central puede comprar divisas durante estos tiempos.
La Unión Industrial Argentina, o UIA, encabezada por Daniel Funes de Rioja rechazó recientemente el nuevo sistema de importación y exigió mecanismos más predecibles.
Además, el lobby manufacturero solicitó que los dólares no se liberaran a voluntad. En su lugar, se les debería permitir planificar la producción.
Redrado dice que en medio de todo esto, agregó otra cifra alarmante: Estamos subestimando una sequía devastadora.